Facsímil de una publicación de la ciudad de Okayama, donde se destaca el hallazgo del Dr. Fernando Abarzua. / ABC Color
La alternativa terapéutica está en proceso de obtención de una patente
en Japón y Estados Unidos y obtuvo un premio de la Asociación Europea de
Urología.
El cáncer de próstata es una de las mayores causas de
muerte en hombres. En la lucha contra este mal se destaca un paraguayo
que actualmente desarrolla sus tareas de investigación y docencia en
Japón: Fernando Abarzua, quien nació en Chile, pero vivió en Paraguay
desde los 11 años y, actualmente, es paraguayo naturalizado. Egresó como
mejor alumno del colegio nacional de Luque, luego estudió medicina en
la Universidad Nacional de Asunción y realizó su internado y su
residencia en el Hospital de Clínicas.
En abril del 2001 recibió la
beca que otorga el Ministerio de Educación y Cultura del Gobierno
japonés (mombukagakusho) para la obtención del título de PhD en la
Universidad de Okayama, en la ciudad del mismo nombre, en Japón. Allí
desarrolla labores de investigación que han aportado a la comunidad
científica datos relevantes y hasta antes no conocidos en relación con
las funciones y el rol del gen REIC/Dkk-3 en el cáncer de próstata. Esto
ofrece una nueva terapia genética para los afectados por el cáncer de
próstata.
Abarzua y Masakikyo Sakaguchi, del departamento de
Biología Celular de la misma universidad, dilucidaron la relación entre
el gen supresor y la génesis del cáncer de próstata. A través de su
investigación, pudo determinarse que en pacientes con cánceres de mal
pronosticado el gen REIC/Dkk-3 se encuentra reducido en forma dramática.
"Dicho en términos fáciles, investigamos un gen que protege a las
células y les evita que puedan convertirse en células cancerígenas y
generar un cáncer. Estudié principalmente este gen en el cáncer de
próstata. Con la investigación logramos determinar que en pacientes con
mal pronóstico, es decir, aquellos con cánceres agresivos, este gen
REIC/Dkk-3 estaba totalmente ausente", explica el médico por correo
electrónico.
Las células humanas se dividen y propagan y,
finalmente, mueren, con el fin de mantener las estructuras consideradas
normales. En el cáncer, las células continúan propagándose en forma
anormal, sin una función definida. Por eso, la atención de los
investigadores se concentró en el hecho de que el gen REIC/Dkk-3 se
encuentra presente en células normales, pero, difícilmente, en células
cancerígenas.
Al comienzo del trabajo se usaron líneas celulares del
cáncer de próstata en las que se vio que el gen estaba totalmente
ausente. Luego, estos datos se correlacionaron con los datos clínicos, o
sea, con muestras de pacientes japoneses que recibieron biopsias de la
próstata o cirugía contra el cáncer de próstata. Y al igual que en los
hallazgos in vitro, también el gen estaba reducido o totalmente ausente
en ciertos casos.
Entonces, a través de un sistema en el cual se
emplea un adenovirus (como el que ocasiona la gripe), se introduce en él
la secuencia del gen, en este caso REIC-Dkk3, que está ausente en las
células cancerígenas y se las fuerza a que expresen este gen nuevamente.
De esta forma se les ocasiona la muerte. Este es el principio básico de
la terapia genética.
Para demostrar la eficacia del gen, los
investigadores implantaron células cancerígenas prostáticas en ratones e
inyectaron el gen en el tumor, usando un virus como vector. Los tumores
desaparecieron en cuatro de los cinco ratones en forma sustancial,
durante un período de un mes de observación. Ellos consideran que el gen
REIC es responsable en forma directa de la activación de una vía que
induce la apoptosis en las células cancerígenas, causándoles la muerte.
La
Universidad de Okayama ha incorporado entre sus futuros esquemas
terapéuticos el uso del gen para pacientes con cáncer de próstata en la
terapia genética. Como todo tratamiento nuevo debió ser evaluado en
numerosos niveles preclínicos, los cuales han sido completados. A
finales del año próximo empieza en Japón la primera etapa del uso de
este nuevo tratamiento en pacientes japoneses.
"Pensando en su
aplicación en Paraguay, espero que en algún momento también pueda estar
al alcance. Lastimosamente, la manufactura y el manejo de materiales de
este tipo requiere una infraestructura muy compleja", termina el médico.
ENTRENADO EN EL HOSPITAL DE CLINICAS
"Creo
que puedo sentirme orgulloso de haber concluido y completado mi
entrenamiento en el servicio de Urología del Hospital de Clínicas. El
entrenamiento en el área clínica está bien orientado; los conocimientos
teóricos y prácticos se adecuan perfectamente a la medicina practicada
en Japón", afirma el Dr. Fernando Abarzua, con respecto a los años que
pasó como interno y residente en el hospital de los pobres.
"Un
problema quizás importante en Paraguay es la falta de medios en
hospitales públicos, cosa muy diferente a Japón. En mi opinión, si en
Paraguay se dedicara un poco más de dinero a instituciones como la que
me formó, muchos problemas se solucionarían. Es común tener que lidiar
con la falta de dinero para materiales quirúrgicos, estudios, etc., cosa
que en países como Japón no ocurre. Aquí el paciente viene, el seguro
nacional cubre todo, recibe su tratamiento y se va a su casa. Esa es la
única pequeña gran diferencia. Ideas, principios y conceptos son
básicamente los mismos", explicó.
Por ahora, el Dr. Abarzua tiene
pensado seguir invirtiendo su tiempo en el área de investigación y el
entrenamiento clínico y dedicarse además a la docencia. "Tengo gran
esperanza de que el país mejore; es una gran experiencia vivir y
estudiar en el extranjero, pero también son muchas las cosas que se
deben perder, como la familia y los amigos entre otros", concluye.
09 de Noviembre de 2005
Fuente: ABC